El frío congela la pesca del sábalo en el río Pilcomayo y golpea la economía Weenhayek

Las bajas temperaturas azotan no solo a la tierra, sino también a las aguas del río Pilcomayo, donde el sábalo, especie fundamental para la alimentación y la economía de la comunidad indígena Weenhayek, se ha vuelto un tesoro esquivo.

El capitán grande, Francisco Pérez, líder indígena, informó con preocupación sobre la drástica disminución de la pesca del sábalo. La razón: el descenso de la temperatura ha alterado la migración natural de este pez, que busca refugio en las zonas más profundas del río, donde el agua conserva un poco más de calor.

«El sábalo se va para abajo, a las profundidades, para mantenerse más caliente», explica Pérez. «No sale hasta que el sol calienta el agua, o hasta que el clima en general mejora.» Este comportamiento natural, si bien estacional, reduce considerablemente la disponibilidad del sábalo en las áreas superficiales, dificultando la pesca de las familias Weenhayek.

La esperanza del líder indígena reside en que las temperaturas suban en los próximos días. «Si no llegara a nevar, las aguas se calentarían y el sábalo podría ascender un poco». Sin embargo, advierte que si el frío persiste, la situación podría empeorar aún más, con consecuencias nefastas para la economía local.