La Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (FSUCCT) ha declarado un estado de emergencia debido a la creciente escasez de combustible que está afectando gravemente la producción agrícola en la región y en Bolivia en general. Tomas Velasquez, presidente de la federación, advirtió sobre las posibles repercusiones de esta crisis en la seguridad alimentaria y la economía local.

Velasquez expresó su preocupación por la crítica dependencia del sector agrícola en el diésel para sus operaciones diarias. Explicó que la mecanización del agro, que incluye el uso de tractores y tecnología avanzada, está siendo seriamente afectada por la falta de combustible. “El agro se ha mecanizado en el campo, y ahora que el diésel está escaso, enfrentamos serios problemas”, señaló.
La situación es especialmente preocupante para los agricultores, quienes enfrentan restricciones severas en la venta de combustible. Velasquez destacó que solo se les está proporcionando un máximo de 40 litros de diésel, lo cual resulta insuficiente para llevar a cabo las tareas agrícolas esenciales. “Con 40 litros no se hace nada; esta limitación está paralizando nuestras actividades”, explicó.
Como respuesta a esta crisis, la Federación está exigiendo un mínimo de 120 litros de diésel por día para cada agricultor. Velasquez enfatizó la necesidad de obtener al menos esta cantidad diaria para poder realizar las labores agrícolas necesarias. “Tenemos que luchar para asegurar un cupo de 120 litros por día, ya que eso es lo que se necesita para operar el tractor”, concluyó.